TÉCNICA DE LA TORTUGA: MÉTODO PARA TRABAJAR EL AUTOCONTROL Y LA TOLERANCIA HACIA LA FRUSTRACIÓN

La técnica de la tortuga, original de Marlene Schneider y Arthur Robin, es un método de modificación de conducta muy útil para erradicar o minimizar los comportamientos disruptivos de niños entre seis y ocho años. Su funcionamiento es tan sencillo como efectivo y se basa en el uso de la metáfora de la tortuga. A través de ella se pretende que los niños ante una de situación de tensión consigan controlar sus impulsos buscando un refugio (como es en este caso el caparazón imaginario de una tortuga) con el que poder hacer frente a la misma. Así, el objetivo que persigue esta técnica no sólo se basa en eliminar las conductas sino en conseguir que los niños y niñas canalicen sus emociones de una manera adecuada aumentando su autocontrol y autoestima por medio de distintas prácticas y ejercicios de relajación.

Para poner en funcionamiento esta técnica se le contará primeramente al niño el cuento de la tortuga. Posteriormente, se le explicará que al igual que la tortuga se metía en su caparazón cuando estaba enfadada, nosotros podemos hacer lo mismo cuando nos sintamos así, metiéndonos en un caparazón imaginario para relajarnos.




Vídeo: Cuento de la tortuga


El tiempo que se empleará en el desarrollo de la técnica será de varias semanas para que los niños puedan aprender poco a poco su funcionamiento. Concretamente estará dividido en las siguientes cuatro etapas.
En la primera etapa (semanas 1 y 2) se le enseñará al niño a responder a la palabra “tortuga": cerrando los ojos, pegando los brazos al cuerpo, bajando la cabeza al mismo tiempo que la mete entre los hombros y replegándose como una tortuga en su caparazón. Para ello se le explicará detalladamente qué tiene que hacer para esconderse en su caparazón.



La segunda etapa (semanas 3 y 4) comprenderá que el niño aprenda a relajarse. Para esto tensará los músculos mientras está en la posición de tortuga, mantendrá la tensión durante unos segundos, y después relajará a la vez todos los músculos. Una vez que aprenda a replegarse (etapa 1), se le enseñará a relajarse dentro del caparazón.


En la tercera etapa (semana 5) se pretenderá conseguir que el niño aprenda a generalizar esta técnica en diferentes contextos y situaciones. Para ello, se comentarán casos en los que necesitará relajarse. Por ejemplo, cuando quieras ir al parque y tus padres te digan que iréis después y te pongas furioso porque quieres ir a jugar en ese momento, utilizarás la tortuga para relajarte.

La última etapa (semana 6) se dedicará a la enseñanza de estrategias de resolución de problemas interpersonales. Además de la técnica, se pedirá al niño que explique la situación, es decir, que cuente como se sentía en ese momento (hacemos que identifiquen y expresen su emoción). Posteriormente, una vez que esté calmado, se reflexionará con el mismo, enseñándole diferentes maneras de resolver esa situación.



Para saber más...

Finalmente anexamos un enlace que explica como aplicar esta técnica para acabar con los comportamientos disruptivos de los niños en el aula.






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